«Un gran poder conlleva una gran responsabilidad», no solo en las historietas.

Muchos conocemos la historia de «El Hombre Araña».

Peter Parker obtiene poderes mutantes por una picadura de araña transformada genéticamente. Eso le dá más fuerza y la capacidad de una araña. Esto es, sin dudas, un gran poder. Pero no hay que tomárselo a la ligera. En un momento deja escapar a un delincuente, el cual luego mata a su tío. Así, se dá cuenta de la razón que tenía el fallecido cuando le decía que «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad».

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Y esa es una frase que se puede aplicar a los cargos de gestión organizacional, más conocidos como los de dirección. Son los cargos estratégicos dentro de una organización. Los que se distinguen del resto por tomar decisiones que definen el rumbo de la misma.

Sucede muchas veces que se descalifica a estas funciones organizacionales con el concepto de que no hacen nada real, que solo se la pasan hablando, o pensando, etc. Pero no se entiende que para poder operar de forma eficiente, primero se tiene que tomar decisiones importantes. Y muchas personas le escapan a eso.

Es motivado, este escape, por el hecho de que tomar las decisiones de dirección es un gran poder, y eso, realmente, conlleva una gran responsabilidad. Hay que tomar decisiones con todos los riesgos que eso representa y no todos están dispuestos a hacerlo.