Diferenciación de producto, una simple estrategia de comercialización

Muchas veces pensamos que el problema de nuestro negocio es que ofrecemos los mismo productos que otros y por eso el público no se interesa. Y el problema no es ese, sino que el problema está en no poder ver que es lo que nuestro producto tiene diferente a los otros y así poder sacarle provecho.

Es más simple de lo que parece, ni siquiera hace falta trabajar en el producto en sí.

Hay un ejemplo muy notable, que son las hamburguesas con la «M», las cuales son muy cuestionadas en cuanto a calidad. Inclusive, muchas personas las consideran de mala calidad y sin embargo consumen.

Entonces, ¿Qué es lo que atrapa de esa hamburguesa? Más allá de químicos adictivos que puedan ponerle a la misma, lo que suele atrapar de las hamburguesas es…. ¡la cajita con los juguetes!

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Si, muchísimos niños solo quieren comprar esa hamburguesa porque viene con un juguete de regalo… y ahí es donde la hamburguesa marcó la diferencia, en un producto anexo a la misma.

Por eso, cuando pensemos en que se puede diferenciar nuestro producto del que ofrece la competencia, tenemos que abrir nuestra cabeza y pensar de forma lateral, creativa y considerar que valor le podemos agregar, aunque no esté directamente relacionado con el producto, sino más bien con el público al que buscamos apuntar.

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